Homenaje

Abrí este blog bajo una fuerte motivación centrada en compartir mis experiencias de viaje con amigas. Por aquél entonces ya concebía al viaje no sólo como un recorrer el afuera. De hecho, me quedaron en el tintero muchos escritos que no publiqué y en el medio me encontré con otra pasión, la fotografía.
Hoy, ambas, escritura y fotografía, me atraviesan, me conectan con la vida, me convocan a narrar lo que siento y pienso. Y así, como decía Platón, cuando uno se siente “preñado” de palabras o sensaciones, quiere “parir”, compartir. Es tal vez, una manera de “estar en el mundo” con una intensidad diferente, más profunda o más sensual, más experiencial y focalizada en cada instante de esto que llamamos vida.
¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? Preguntas repetidas por todos que inspiran a poetas, hacen cavilar a los filósofos y científicos y empujan a los fotógrafos a capturarla en el instante. Unos y otros, a su modo, con sus herramientas, buscan asir lo que fluye y no se detiene. ¡Sí! La vida corre y fluye tal como desesperaba a Heráclito “Aguas distintas fluyen sobre los que entran en los mismos ríos”[1] o angustia y provoca al fotógrafo Cartier Bresson “De todos los medios de expresión, la fotografía es el único que fija el instante preciso. Jugamos con cosas que desaparecen y que, una vez desaparecidas, es imposible revivir… …Para nosotros, lo que desaparece, desaparece para siempre jamás: de ahí nuestra angustia y también la originalidad esencial de nuestro oficio.”[2]
Instantes atrapados (Rosario, abril de 2017)

La vida cuando llega al momento de la única certeza humana, la muerte, despliega en la boca de los sufrientes la expresión “la vida es corta y pasa rápido”. Y sin embargo la vivimos como si fuera eterna. La vida avanza como un tren y desconocemos en que estación que bajaremos para no volver a tomarlo otra vez. O será tal vez que, sin saberlo ni darnos cuenta, ambas, vida y muerte, nuestra vida y nuestra muerte, están en tensión constante, disputando nuestro ser.
Admito que estoy atravesada por el impacto de la partida de mi tío Kuky, ese hombre a quien no le conocí estado de enojo, para quien la vida era como un baile cuyo secreto era sólo seguir el ritmo, acompasar el paso. Con él se cierra una línea hereditaria, que, con esperanza, prefiero pensar como círculo porque habrá reencuentro familiar y celebración con quienes se fueron un rato antes. 
Esperándote (España, mayo de 2016)

Como a menudo me ocurre, traigo a mi memoria, la frase de mi papi “Estoy vivo, quiero vivir, necesito vivir”, aunque a veces, esa vida desgarra y abre las entrañas. Pero como la naturaleza, fluye y en cada estación, nos sorprende con una singular belleza y nos enseña que, al vacío y frío del invierno, le seguirá un irrumpir de colores y olores. Me quedo con esa idea y ese ciclo, aprendiendo a aceptar con alegría la sobriedad del invierno, descubriendo que el gris puede ser mágico si soy capaz de vivir cada instante, celebrando, simplemente, que estoy viva, que amo y me aman, que me asombra la belleza y hay un tesoro infinito en las palabras. ¡Hasta más tarde, papi y tío!  

Mis palabras te esperan (Rosario, abril de 2017)


 





[1] G.S Kirk y J.E. Raven. Los filósofos presocráticos, pág. 227 disponible en: file:///D:/Backup%20L11069/Personales/Kirk---Raven---Los-Filosofos-Presocraticos-1.pdf
[2] (Cartier-Bresson Henri (2003). Fotografiar del natural. Barcelona, Editorial Gustavo Gili, pág. 18.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Primer aniversario de "La valija azul"

Viaje al interior 2