Historias de mujeres: guerrera de cristal

Guerrera de cristal: carta breve de una madre

Anoche no pude contestarte.... Estoy mirando el jazmín y casi siempre tiene cuatro jazmines.... en lo loco de mi corazón creo que representan eso que varias veces me dijiste: ¿De qué familia me hablás, Má?! Bueno, hoy sigo sosteniendo que somos una familia con un integrante ausente físicamente y presente,  en  los sentimientos y emociones de los que quedamos y en las situaciones que nos
envuelven.

Quiero decirte que estoy agradecida a Dios por lo que me das, por el Amor que me demostras y que no me hace falta nada para completarme  como mamá.... ni tampoco tengo ausencias de esos seres que me dieron la vida, Teresa y José, al contrario, siempre fui agradecida de todo lo que Dios puso en mi senda y de la fortaleza que me nutrió para zurcirme esas roturas del corazón que tenía. Será porque siempre elegí el Perdón para seguir caminando por esa senda de la vida? Capaz que sí, capaz que no; como sea yo me siento completa y en Paz..... si "me faltara alguna parte" o desconocería el Perdón creo que nunca hubiese ido en busca de ese ratito de estar al lado de mi Mamá, ni siquiera puedo decir en busca de "su abrazo" porque sé que no lo siente y nada pudo cambiar eso, lo acepté así siempre.... y es el día de hoy que lamento no haber ni siquiera hablado con mi Papá....menos aún sentir su abrazo.

Así y todo doy gracias a Dios porque son Sus planes, no los míos,  los que cada ser cumple en esta
vida. Y le doy gracias también, por mis hermanos que conozco y los que no, me separaron de ellos... por un lado dos almitas de muchachitos y por otro lado.... seis almitas de niñas juntas y en el torbellino de inviernos y primaveras, un almita de niñita jachallera solita pero feliz sin analizar nada, simplemente disfrutando el regalo de la vida y el deber del trabajo con un "Sí, Señor"  "Sí, Señora"... Tuve todo para ser feliz y lo aproveché, a mi manera, como pude, pero logré formar una familia, MI FAMILIA,  esa que estuvo de "mentiritas" hasta mis veinte años y  yo me la creí, me la creí porque me ayudaba a construir dentro de mí la verdadera. La que logré. Y nunca me quejé, porque cuando miraba a mi alrededor las heridas e hilachas de otras vidas me hacían valorar lo que había logrado. Y si renegaba o reniego de algo, es mi corazón quien se postra a través de una oración para pedir Perdón. Tengo más defectos que nadie, pero de una cosa estoy segura: el músculo más fuerte y sincero que tengo es mi corazón. Y así lleno de Amor lo brindo a los demás aunque no reciba lo mismo, no importa, sé que Dios lo sabe y con eso me basta.

Pero también se demuestra con un Abrazo reclinando  la cabeza porque para lo Divino, para Dios;  la tendremos bien erguida en ese Abrazo y eso... eso es lo que nos vamos a llevar de esta vida: El Amor brindado o compartido con nuestros seres queridos, porque en esos Abrazos (y vos de eso sabés mucho) se confunden y sienten  los latidos hasta el final de la vida y hasta el último y eterno Latido... 🙌🏼🌈☀

Betina
Buenos Aires, viernes 17 de abril 2020

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