Día 53 | 3 meses: al abrigo de tu amor

Día 53 | 3 meses: al abrigo de tu amor

    
     Hoy son 3 meses que partiste madre querida. El dolor del alma no puede cuantificarse ¿un millón de kilos o apenas unos gramos más liviana que la pluma que según dicen pesa el alma? No sé. Pero cada noche, cuando mi cabeza toca la almohada, te siento, te veo, te recuerdo, y muchas veces lloro.

    
Al tiempo de fallecer papi, yo escribí algunas poesías y un texto donde compartía mi camino de duelo. En él hablaba de la parte trascendente, espiritual, que nos sostiene en la esperanza que nos da la fe. Pero también, mencionaba que en todo duelo hay una parte humana, que sólo sana, paradojalmente, con el tiempo.

     Estoy viviendo tu duelo en cuarentena. Y es extraño. Porque desde que enfermaste, por ejemplo, me han resultado muy difícil algunas actividades, como hablar por teléfono, reírme sintiendo la liviandad del mundo o simplemente salir para tomar un café.

     Es tan incomprensible la muerte y todo lo que la rodea… por momentos pienso cómo habría sido tu muerte en tiempos de coronavirus, tal vez no habría podido viajar, tal vez no te habríamos podido sepultar, tal vez habrías cerrado tus ojos solita como tantos miles lo hacen hoy…

     Cuando empezó la pandemia, no podía ver las imágenes, escuchaba y recordaba todo lo que pasaste con tu neumonía. Las internaciones, el oxígeno, los sueros, los laboratorios, las máquinas controlando el ritmo de tu corazón, la saturación… una noche me desperté sintiendo tus venas en mis venas, esas que recibieron durante casi dos meses medicación… ¡Ay mamita mía! ¡Cuánto sufrimiento! Y yo ahí, sin poder aliviarte en nada.

     Sin embargo, en tu cama de enferma, yacías con una paz indescriptible. Para quien se acercaba solo tenías una sonrisa…Nunca te quejaste. Aún veo tus ojos tan puros y bellos. Y con esa mirada sin palabras, esperabas que te diera una respuesta que no tenía… apenas podía acercarme… tantos cables, que a veces temía abrazarte.

     Te imagino yendo al éter, tan liviana como una pluma, en un barrilete multicolor que va dejando una estela de luz, esa misma y amorosa luz que irradiaban tus ojos verdes.

Mamita, estás en mí, me abrazas. ¡Te amo!
jackie

Buenos Aires, 12 de mayo de 2020








Comentarios

  1. Qué bonito expresas tus sentimientos...me gustó leerte!! Recibe un fuerte abrazo!!
    Muchi

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Primer aniversario de "La valija azul"

Viaje al interior 2