Día 220 | Abrir la puerta

Abrir la puerta
Un día abrí la puerta
y la razón emprendió su vuelo,
¿o fui yo la liberada
que tras sus garrotes espiaba?

Abrir y cerrar celdas

desde donde el mundo miraba 
mientras el cuerpo tiembla asustado
sin las barandas que lo aquietaban.

Un día abrí la puerta
el sol se coló sin permiso,
y dibujó sobre paredes blancas
el crujir de las sedas 

Y de repente,
la niña que estaba enjaulada
se desperezó de su siesta
y se columpió con sus sueños.

Los aromas embriagados 
salieron de sus escondrijos,
 y contornearon sin permiso
las caderas de las palabras.

Las palabras se sonrojaron
y el corsé abandonaron.
Descubrieron el precipicio
y el estrepitoso deseo.

Un día abrí la puerta,
y conocí la noche entera
porque la razón es despiadada
más sabe encauzar los mares.

jackie 

Buenos Aires, 28 de octubre 2020


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