Historia de mujeres: Sentires

Sentires 

Al fin tomé coraje y acepté la amable invitación de Jackie.  Sobre todo, por el día que lo hizo: “Abrir las puertas”, y pensé en las diferencias, en los miedos. 

Pensé en diferencias por qué aquí, en mi ciudad los casos van en aumento y hay que cuidarse muchísimo. 



Hoy hace 227 días que no estoy en mi lugar físico de trabajo, estoy en casa, haciendo a distancia, “conectada”. Y aquí me detengo: este tiempo donde se mezcló la soledad, el miedo, la incertidumbre, y vimos detenerse los planes, proyectos, pausar los abrazos, el contacto, las risas.  ... en este tiempo me conecté a mí misma. Tuve tiempo de verme, revisarme, y replantearme tantas cosas. Pude “ver” como en cámara lenta muchas cosas que me rodean y entre recuerdos amargos y felices decidí qué y a quien “ver”, porque si hay algo que esta cuarentena me dejó – entre otras cosas – es la importancia de saber leer los ojos del otro, las acciones del otro, lo no dicho y la forma que el otro decidió manejar la lejanía y la distancia. 

Y luego de la vorágine de sentimientos, de perderme y encontrarme, decidí ser agradecida, y considerar un regalo y una bendición la vida y el amor que me rodea. ¡Al menos me lo propongo todas las mañanas!

Es la primera vez que escribo para un blog, para que me lean, para contar.  Nací en Capital Federal y a los cinco años emigré junto a mis padres a la Patagonia. Me considero neuquina por adopción, amo esta provincia, y agradezco este espacio para compartir con ustedes parte de lo vivido en este año tan particular.  

Un abrazo enorme, estoy convencida que, así como las alegrías compartidas son dobles alegrías, las tristezas compartidas son menos tristes y más llevaderas. 

Con cariño. 

Nati 


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Primer aniversario de "La valija azul"

Viaje al interior 2