Diario de viaje | Los hijos crecen

Seguramente tuviste algún momento en que te diste cuenta que vas creciendo o digámoslo con todas las letras, envejeciendo. Me pasó cuando en este  viaje  observé a Guille conduciendo. Quien de niño iba en el asiento trasero, hoy es conductor. Y el término lo uso en todas sus acepciones.

Cuando los hijos crecen, empieza esa extraña (consciente o no) autoevaluación de nuestra condición de madre. La Psicología cada día nos da montañas de recomendaciones para ser cuidadosos en la crianza de los niños. Y nos encontramos con prácticas que tuvimos que hoy no son las más recomendables o sugerencias que disparan el recuerdo para revisar qué hicimos.

Y es que cuando crecen y empezamos a verlos "jugarse" por sus proyectos existenciales (con sus luces y sombras igual que los nuestros), más allá de la satisfacción o el dolor, empezamos a sentir  que sus alas son fuertes y tienen vuelo propio. Y descubrir que ellos transitan en autonomía, es gratificante.

Tengo la certeza que los gestos y las palabras, en especial en la infancia, son significativos para el crecimiento sano. Tal vez por eso, en momentos como éste, me pregunto: qué hacía cuando tenían sus primeros logros y fracasos, qué palabras usaba en sus momentos de tristeza, frustración o de impotencia, cómo los acompañaba cuando tomaban esas decisiones “gordas”, esas que marcan caminos, qué hacía cuando se enfermaban, cómo celebrábamos la vida, qué hicimos para agradecer la vida, les di suficientes abrazos, qué pautas usé para el ocio y el deber, qué les dije y qué hice del amor y el placer, qué de la fortaleza, la paciencia y la fe, qué de la libertad… y la lista no tiene fin… y tampoco un orden, porque surgen y se cruzan entre sí mientras salen y entran al alma…

Siempre he sentido un poco la "culpa" heredada de las que nacimos en los 60. Nos abrimos camino en la vida pública aún cuando habían voces de crítica y muchas veces también no accedimos a algunos puestos por ser madres. Vivimos esta duda que nos recorrió respecto si éramos buenas madres, si les dábamos el tiempo que se merecían...

No sé si viviste algo así, es una experiencia intensa pero vale la pena atravesarla…y como tal es una larga travesía porque si algo te acompaña hasta el último instante y atraviesa esencialmente la existencia, es la condición de madre, aún cuando sean ya grandes y sean ellos quienes tienen el control 

Gracias por dejarme leerme y compartir estos rumores del alma... y si quieres puedes también, aquí, compartir los tuyos....

jackie

Madrid, 6 de junio de 2021

Comentarios

  1. Ayyy,.. en el cuore como dice mi sobrina. Es así, los miramos y pensamos: "hice lo suficiente" - creo que es revisar nuestra propia práctica de madres es conmovedor y a veces duele ; pero creo también que no debemos caer en la "culpa" , que tan hondo caló entre nuestro deber ser, y el delicado equilibrio entre la maternidad y la profesión elegida. Celebro que encuentres en tu hijo las raíces de valores que seguramente asimiló en su infancia.. abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Hay que intensidad de sentimientos jacki, hermoso relato...la infancia que tesoro!!!!no tan escondido. Gracias jacki!!!!

    ResponderEliminar
  3. Me quedo con ese concepto de maternidad con culpa

    ResponderEliminar
  4. Gracias por compartir sus emociones y también sus ideas!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Primer aniversario de "La valija azul"

Viaje al interior 2