Rutinas van, rutinas vienen

¿Qué hacés en tus vacaciones cuando viajás? Sin dudas las rutinas de viaje varían  con la estación del año sino, donde nos alojaremos y con qué fin. Nos podemos hospedar en un hotel o hostel, en una carpa o motorhome, o en la casa de algún familiar o conocidos. Exceptuando el motorhome, he pasado por todas esas opciones y disfrutado de la singularidad de cada una. Pero ¿qué hacemos en un viaje?

Sin palabras (Ámsterdam 2023)

Han quedado en mi memoria las visitas a mi casa materna y hoy, que ella ya no está, cuando viajo me alojo en casa de mi hermana. Es una forma de “volver al nido” a los sabores, palabras y colores de mi infancia y adolescencia. Desde ahí, cada actividad es reencuentro con algo cargado de sentido. Caminar sus calles, encontrarme con gente querida, recordar…. Es un volver actualizado, un estar sentada ahí con mi ancestral identidad.

Espiando (De Nieuwe Kerk, Ámsterdam 2023)

Innumerables veces me quedé en hoteles que brindan la comodidad de liberarnos de las tareas domésticas y el anonimato. Cruzarse con desconocidos, tener disponibles diversos servicios y experimentar lo transitorio. Es tal vez el espacio que más sensación de vacaciones nos deja porque estamos desocupados, despreocupados y desconectados.

Hotel Ámsterdam Zaandam

La carpa, que usé en escasas ocasiones, tiene el sabor de la aventura. El cielo estrellado, el crujir de las ramas de los árboles, el bullicio de algunos insectos y cuando fue entre amistades, el fogón con canciones y guitarra, y las mantas compartidas a la luz de la luna, quedan como hermosas huellas de que la vida simple pero compartida es muy bella.
Noorder Amstelkanall (Ámsterdam, 2023)

Desde que visito a mi hijo, mis viajes y modo de vacacionar cambiaron. De alguna forma, llevo algo de nuestro hogar y su tierra, a la vez que los ensamblo con otras formas culturales. En Madrid, el idioma fue el mejor puente. En Holanda, la observación atenta, las lecturas previas, el y la tecnología, son los nuevos aliados.

La forma en que él organiza su vida diaria es una mixtura entre lo vivido en su hogar y su adaptación a una nueva cultura. Cuando lo visito, genero esos sabores que evocan otros momentos y disfrutamos de ese instante cómplice en que las palabras huyen porque las miradas hablan. Y ahí, mis rutinas argentinas apenas cambian sus vestimentas. 

Concertgebouwbuurt (Ámsterdam, 2023)

Mi habitual ir al supermercado tiene acá un doble desafío no sólo porque desconozco la organización de las góndolas sino porque el idioma es un punto nada fácil de sortear, en especial porque mi inglés resulta muy básico y las traductores no siempre funcionan. La intuición, la similitud con el inglés y las imágenes ayudan a “cruzar el charco” pero en más de una ocasión la asociación fue errónea. Y entonces, al llegar a casa me daba cuenta que no es lo buscado. Mucha risa,  y queda el aprendizaje.
En mi segunda visita, tengo ya algunos logros. Más o menos conozco el barrio, qué prefiero comprar en cada supermercado y algunos sabores que quiero llevarme.

Zaandam West

Noctámbula hasta la raíz,  los días se vuelven un poco extraño. El almuerzo no es la comida principal, acostumbran apenas un sándwich, ensalada, fruta o pequeño snack al mediodía. No tienen merienda y la cena es entre las 18 y las 19:00. En verano implica cenar con la luz del sol  ya que oscurece cerca de las 22:00.

Las 5 horas de diferencia con Argentina hace que esté en contacto con mis amistades a la 1 o 2 de la mañana… lo que implica que a unas pocas horas el sol me despertará (5:30) y me cueste retomar el sueño hasta las 8 u 8:30.

La separación de residuos está bastante instalada y en la calle están claramente señalizados los contenedores para vidrios, papel-cartón y otro más mecanizado para el resto de los 
residuos.
Contendor de vidrios (Ámsterdam, 2023) 

Las casas disponen de grandes contenedores domiciliarios de color con un código QR que indica el domicilio. Cuando está lleno se estaciona en la calle en los días de retiro previstos por el municipio. De todos modos, observé, en particular en las zonas más turísticas, que al terminar el día había basura en las veredas porque colapsan los contenedores. 

En los barrios hay contenedores señalizados para donar ropa y numerosos comercios de ropa vintage y ropa de segunda mano. Imagino que obedece al concepto de economía circular y la onda ecologista que atraviesa casi todas las prácticas culturales.

Contenedor para donar ropa (Ámsterdam)

Me sigue impactando cómo una ciudad tan cosmopolita a las 19:00 baja el ritmo en la calle e inaugura el silencio.  El tren también dispone de  vagones de silencio.

No usan sábanas en la parte superior utilizando un acolchado generalmente de plumas. Me resultó raro los primeros días el año pasado pero ya me acostumbré.

Biblioteca en Halsbuurt
Una de mis rutinas fue ir a visitar museos. Tengo la museumkaart que habilita el ingreso a innumerables museos en todo el país con un pago anual. Para acceder a su compra hay que tener cuenta bancaria en el país (que tiene obviamente Guille) y la tarjeta para turistas es también una opción más económica pero para acceder a unos 6 museos. Haré un post especial sobre este tema.

Como acostumbramos en BA hay inumerables cafés y restaurantes en la vereda, parques y diversos espacios comunes o privados, que se llenan de gente queriendo disfrutar de la tibieza del sol. Una rutina a la que me uní con gran alegría.

Desde luego hay diversidad de alimentos provenientes de la comunidad y fuera de ella. Creo que consumen bastante pan (mil variedades, me gustaron mucho unos con semillas, avena, pasas, avena y almendras). Si bien hay varios restaurantes argentinos, no vi masa para empanadas (hice con masa casera) aunque descubrí una masa semejante a la que usamos para la pascualina que tal vez pueda reemplazarla.

Biblioteca en Franz Halsbuurt

En numerosos lugares, calles, plazas, parques  y supermercados, se habilitan bibliotecas. He observado personas leyendo y revisando los libros que ahí se dejan. Desconozco cuál es la mecánica del intercambio, pero me resultó una práctica cultural hermosa.


Biblioteca al ingreso del supermercado 
Dirk (Ámsterdam 2023)
Biblioteca en Oosterparkbuurt




Si bien soy una amante y defensora de la bicicleta, la usé algunas veces en el bosque, no me atreví en Ámsterdam donde se usa a toda hora y por todas edades porque no me dispuse a conocer las reglas de tránsito. Prometo un post con solo este tema.

Opté por caminar en lugar del subte o el tranvía. Era una de mis rutinas favoritas que no abandono en ningún lugar.

Y lo que llena de luz y alegría toda la ciudad, flores, flores y flores...Por todos lados, en las casas, en las ventanas, las personas con ramos en el tren o el subterráneo y en el espacio público. Y por supuesto, como acá, amantes de los perros también hay.



Y finalmente, la rutina que me acompaña a todas partes, logró soltar su cabellera al viento. No usé mucho la computadora, y como este post, fui escribiendo notas en el celular con mis sensaciones. El lugar predilecto de escritura fue el parque de los museos. Ahí encontraba algo que no puedo describir, mezcla de rito, sueño, dejar fluir... Se los cuento en el próximo post.

Cuaderno de gratitud (Ámsterdam, 2023)


jackie

Buenos Aires, 16 de julio de 2023






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