Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer


Ingenuamente, o en un delirante intento de control, hemos generado los calendarios, los relojes y las agendas como imperceptibles murallas para sostener el tiempo. 

Pero en ese afán de cuadricular y parcelar, seguimos desamparados entre un ayer que no es y un mañana que aún no existe. Por eso mantenemos el rito, uniendo las manos, para abrir y cerrar agendas. Por eso inventamos diciembre, el mes más reflexivo y cargado de promesas de todo un año. Y tal vez por eso, en secuencia o en desorden, me pregunto:

¿Qué dejar ir?

¿Qué cerrar?

¿Qué abrir?

¿Qué agradecer?

Antes de cerrar, quiero dejar ir algún obstinado enojo instalado en un recodo de mi corazón… Los vínculos que atan, pesan y detienen el vuelo… Los objetivos demasiado ambiciosos que impiden el sonreír… Las historias y falsas expectativas que consumen energía vital y son inconducentes… Las decisiones procrastinadas… La dependencia emocional…

Si puedo dejar ir tantos mandatos interiorizados, tendré el valor de cerrar puertas y avanzar hacia espacios más limpios, con más luz. Pero siento que esta vez, no vale cerrar para guardar lo que me hace daño en un traje mejor. Cerrar una puerta no funciona si es acumular lo que duele o nuestras impotencias fingiendo que no existen. Cerrar es limpiar, ver la desolación, llorar y en un acto de certeza, perder la llave para no volver a entrar. Porque sólo si soy honesta conmigo misma. Porque sólo se puede suturar una herida cuando se mira, se siente y se toma conciencia de su posible infección.

Y entonces, transformada interiormente, como en la metamorfosis de una mariposa azul, tiene sentido abrir puertas, pero también ventanas. Para mirar el cielo, para soñar estrellas, para cantar liberando miedos, para escribir y compartir el fuego.

Abrir y agradecer… hay tanto para agradecer… Pero en especial la vida, mi vida, así, con sus luces y sombras, con una mochila de errores y un monopatín que pide perdones. Agradecer los grupos de amistades que en sus redes de amor me sostienen y con los que acunamos sueños. 

Agradecer a cada ser querido que está en mi camino y vuelve multicolor los pasos de cada día… se toma conciencia de su posible infección, se pueden cerrar puertas para volver a empezar.

Por eso te deseo, simplemente días ¡plenos! De esos que que te da alegría ser así como sos. Te deseo bendiciones y luz, cerquita de la alegría, la serenidad y el amor. 

jackie

Ciudad de Buenos Aires, 31 de diciembre de 2023


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