Diario de viaje | La previa


Los viajes largos se sueñan, se esperan y se planifican con antelación. Pero siempre tienen esa cuota de incertidumbre que nos hace vibrar la vida. Y todos esos imprevistos, en última instancia, los vuelve memorables. Este será mi último viaje al extranjero en mi década de los 50 y eso lo vuelve identificable para mi memoria. Pero quiero escribir sobre lo que pasa antes de partit, esos imprevistos que luego se recuerdan con humor.

Hace una semana mi departamento entró en estado de, ¿cómo decirlo? ¿explosión neurótica, saludo de león, furia de estrés postraumático? Todas estas adjetivaciones de humor tardías no fueron con exactitud las instantáneas mientras se sucedían los acontecimientos. 

Las cañerías de agua entraron en estado de tensión y tal vez por hartazgo o simple aburrimiento, comenzaron a estallar. ¡Claro! Fueron benévolas, lo hicieron en un sin igual orden diacrónico. Siendo sábado comenzó el calefón, con una fuerza tan grande como para inundar todo el departamento. No alcanzaban trapos de piso, repasadores ni toallones, el mar quería quedarse en los pisos de madera… 

Al día siguiente continuó la cañería del lavarropas, seguida cuerpo a cuerpo por la del bidé y como desperazándose de un largo sueño, la del lavavajillas…. Luego, el desfile de curanderos y doctores de plomería que aún hoy, no pueden explicar semejante fenómeno… Libero la imaginación de quién lee para hipotetizar sobre mi higiene personal a las 6 de la mañana antes del viaje… 

Luego el sin fin de pequeños detalles propios de un largo viaje, aquello que pensabas llevar, pero no pusiste o no cupo en la valija (armada a escasas horas antes), el temor a no escuchar el despertador, no encontrar la billetera con documentos y dinero en una cartera por demás repleta, demora en el vuelo porque alguien se descompone…Hasta que finalmente estás en el aire… 

Y cuando piensas en eso no puedes sino sorprenderte de cómo la tecnología ha contribuido a que los afectos que están a 12 mil km de distancia, en unas cuántas horas, queden al alcance de un abrazo… Y entonces, solo queda un corazón agradecido por este maravilloso regalo.

jackie

In itineri, 27 de mayo de 2024


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