Reflejos


Cuando mi amiga María Cristina (artista plástica) me envió una foto de su obra, me dejó pensando. Así surgió este texto porque, precisamente, lo que se repite con insistencia, suele pasarnos desapercibido. Así le sucedió a ella con estos simples reflejos que ingresan cada día por la ventana de su cocina y que decidió “encapsular” en un lienzo.

Tal vez todos tenemos algún reflejo que ingresa por nuestras ventanas reclamando nuestra atención. ¿Nos cuesta descubrir su singularidad y cercanía? ¿Qué sentís cuando un anodino rayo de sol irrumpe por la ventana, te entibia y te pregunta qué te pasa? Yo imaginé esto…


Cada día están ahí, ingresando por mi ventana. Llegan y se extienden en el piso como a dormir una siesta. ¡Cuántas veces los atravesé sin siquiera mirarlos! Pero un día, en el ritmo anodino de mi andar cotidiano, me detuve a observarlos. Y desde entonces, los espero. 

Inventamos un idioma que solo nosotros entendemos y, algunas veces, yo les cuento mis penas. Hemos armado itinerarios para no despeinar sus bocetos y a ciertas horas, jugamos a la rayuela.

Desde luego nadie conoce nuestro secreto. Pensarían que deliramos, que la ronda de las formas es imaginaria, y que el noticiero del arcoíris es un disparate. Es por eso que oficialmente hemos acordado que, de eso, no se habla. Simplemente se mira, se respira y se goza, como todos los instantes tibios que acarician nuestros días.


jackie R.
Madrid, 28 de mayo de 2024

Cuando estábamos en pandemia y trabajaba desde casa, cada día esperaba la caída del sol para mirarla a través de la reja de mi balcón. De esa experiencia escribí esta publicación que tal vez quieras leer.

 
Vos, ¿quisieras contar tu experiencia con los reflejos?




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