Día 1017 | Diciembre


Entre todos los meses, diciembre es tal vez el mes más complejo, el que que convoca celebraciones y balances, y este año, para Argentina será, sin dudas, un mes memorable.

Diciembre puede contener el cierre del año y en Occidente el inicio de una nueva era, la  cristiana. Y a medida que van pasando los años, lo sagrado va cediendo cada vez más a las luces del consumo, y el sincretismo cultural permite la convivencia en el mismo escaparate el Belén con el Redentor naciente y el Papá Noel con su bolsa de regalos, la sencillez y el glamur. Quizá lo único que ha atravesado los tiempos es la idea de la mesa navideña que aún se reserva para la reunión familiar.

He vivido un gran día (Madrid, mayo 2022)

Diciembre en nuestra tierra tiene abundancia de colores y aromas: tilos, jazmines, jacarandás y pitas deleitan a quien camina despacio para sorber tanta abundancia sensorial.

Diciembre de cierres escolares, balances, proyectos, objetivos y agendas. Es el mes donde se depositan los logros y los fracasos, los sueños abandonados y los que elegimos seguir soñando. 

Diciembre es el mes que interpela profundo porque con singular evidencia sentimos los vacíos y el dolor de las pérdidas. Tal vez, y sólo tal vez, porque detenemos por un ratito el trajín cotidiano para pensar y contactarnos con nuestro interior. 

¿Qué logramos a nivel de capacidades para vivir mejor? ¿Valoramos lo que alcanzamos o nos quedamos en la nostalgia de los proyectos que fracasaron o los  que por procrastinación se diluyeron? ¿Cuántas oportunidades de crecer y ser temporalmente felices perdimos por nuestra autoexigencia o la incapacidad de poner límites a las demandas externas? ¿Descubrimos qué queremos realmente? me refiero a ese querer que mueve desde adentro en dirección a una nueva actitud, a la toma de decisiones o al cambio que sabemos implica "patear" algún tablero.

Seguramente en más de una ocasión nos visitó ese "ventarrón" interno que nos invita a soltar esas "vestiduras" que ya no se ajustan a lo que somos porque nos resultan demasiado pequeñas para las nuevas libertades, porque son muy grandes y no tenemos aliento para engordar en superficialidades o sencillamente porque se liberaron nuestras alas y ya no hay vestiduras donde quisiéramos encajar.

Nos miramos (Palermo, diciembre 2022)

Diciembre es el mes de mayor vorágine de actividades y el más introspectivo. Es como llegar a la puerta del colegio, el banco o la tienda justo cuando ha concluido el horario de atención y nos dicen "está cerrado". Y es así, está clausurado el año. En realidad, cada día, cada minuto es así pero es en diciembre cuando, colectivamente y por un pequeño lapso, se nos patentiza la levedad y fragilidad del tiempo que habitamos. 

Por eso es introspectivo pero también paradojal, celebramos y lloramos, a veces sin saber qué sepultamos o qué brotes nos han florecido. Pero en esa exquisita toma de conciencia de la temporalidad acotada que tenemos, nos renovamos y volvemos a intentar, insistimos en  soñar, quitando una vez más la hojarasca vencida que libera espacio a lo nuevo en este cuerpo que una vez más se ha vuelto un poquito más viejo y que en diciembre abre hojas de esperanza en una agenda en blanco.

Para el 2023 que abunden los sueños bonitos, los lleno de luz y alegría, con una caja de herramientas para alcanzarlos y que la Navidad deje en tu corazón y en el de tus seres queridos, muchas bendiciones y paz.

Un abrazo muy grande y gracias por el tiempo que dedicaste a leerme en todo este 2022. Te invito a una vez más a participar en este borrador de palabras para compartir lo que sientas deseos de "lanzar" al aire, lo que te oprime o lo que te desborda y que por bello salta de tu corazón para multiplicarse.

jackie  

Buenos Aires, 30 de diciembre de 2022



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Primer aniversario de "La valija azul"

Viaje al interior 2