Día 323 | Los amantes

 

Los amantes

Mi primer post de este año. Elijo esta imagen, intensamente ambigua, y justo ahí es donde radica su potencia. ¿Qué sabemos de esos amantes? ¿Por qué el artista los denomina así? ¿Es una metáfora del deseo obstruido? ¿Esa tela húmeda cancela las sensaciones y el fuego en una alcoba?  Asfixia, bloqueo visual e incertidumbre ¿el fondo es pared o cielo? Nos desconcierta, ¿es un cuadro de amor imposible o podrían quitar sus velos? ¿o es exactamente esa imposibilidad lo que sostiene el deseo? ¿Por qué esta obra de René Magritte (1898-1969) viene a decirnos algo en tiempos de pandemia?


René Magritte (1928) Los amantes (óleo sobre lienzo, 54x73cm, MOMA NY) Imagen recuperada de https://anamariabrandolini.wordpress.com/2016/05/08/los-amantes-de-magritte/

Decía Magritte, “los objetos cotidianos, que griten fuerte” y ¿cuál es el objeto cotidiano que hoy
grita más fuerte? Sin dudas el barbijo. El sol y el calor del verano nos dejan la sensación que algo ha cambiado (que más tarde las estadísticas médicas desmienten), pero sin dudar, el  barbijo es el objeto recurrente.

Desde hace 312 días hemos transformado nuestras prácticas ancestrales de contacto e intercambio social. El recuerdo del mar en la piel, contagiando su sal en un beso improvisado, hoy nos asalta como alarma. El beso, ese contacto tan potente para saludar a una amiga o para expresar el amor de pareja, es hoy casi un atentado.

Lo que en otro tiempo podría parecernos surrealista, hoy es real. Nos hemos acostumbrado a trabajar en nuestros espacios domésticos, hemos normalizado que lo público atraviese lo privado, lo digital se ha tornado más real que lo sensorial… Nos hemos habituado a distanciarnos, la presencia cercana del otro nos asusta…

Aprendimos, cambiamos, nos transformamos… No somos los que éramos, nuestras calles en ebullición hoy están más vacías y silenciosas, nos autolimitamos, vamos perdiendo la espontaneidad, todo lo que hacemos requiere un turno previo, nuestra atención está en las alertas epidemiológicos, en los resultados de las vacunas… mientras, para muchos, la despedida en una ambulancia se convierte en la última y angustiante mirada…

Felicidad, tristeza o simplemente esta pequeña pereza, pero siento que se ha transformado el modo de habitar mis días. Busco en mi cuerpo fragmentos de otros tiempos, cuando los besos y los abrazos no estaban vedados… y me deslizo en este fluir de presencias y ausencias, en esta nueva certeza plena de incertidumbres …

Tal vez, por eso, pensar proyectos este año me resulta surrealista… me aferro a un deseo, tan desesperado como el de los amantes de Magritte… el deseo que no se escape el instante, mientras dura el rayo del sol acariciando mi cuerpo… que no se escape el instante, para que vuelva a encontrarte a vos, en este mismo espacio donde anida mi gozo por escribir y tu deseo de leerme.

¡Gracias! 

jackie

7 de febrero de 2021




 

 





Comentarios

  1. Hermosas palabras para describir este tiempo tan incierto que nos atraviesa y no nos permite vislumbrar ni cómo ni cuándo va a finalizar . . .

    ResponderEliminar
  2. Así es, nos queda solo aprender a habitar el instante... sin premuras ni ansiedades.

    ResponderEliminar
  3. Muy lindo texto Jackie para acompañar esa imagen. Y llevas la cuenta de los días de pandemia 😆.

    ResponderEliminar
  4. ¡Gracias amigas por los comentarios!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cerrar, dejar ir, abrir y agradecer

Primer aniversario de "La valija azul"

Viaje al interior 2