Día 236 | Abriendo ventanas
Día 236 | Abriendo ventanas Hace 7 meses en nuestro país y en el mundo entero, debimos meternos en la “cueva” para cuidar la vida. Teníamos mucho miedo. Era un enemigo implacable que no podíamos controlar. Hubo ríos de información dando sugerencias de “buenas prácticas” para evitar el contagio. Y de repente, el mundo se silenció, y nos quedamos encerrados en el espacio doméstico. Yo decidí reunir todas las tapitas de las botellas descartables que usaba como una forma de patentizarme el paso del tiempo a la vez que marcaba en el calendario los días de cuarentena… y volví a escribir en mi blog. Y este blog, se volvió mi amigo. Encontré en la escritura una ventana al mundo exterior (porque quienes me leían se comunicaban) pero especialmente, al mundo interior. Fue mi manera de poner en palabras las emociones que me recorrían, en especial la tristeza por la partida de mami, justo casi un mes antes de iniciar la cuarentena. Hoy, que legalmente empiezan a abrirse ventanas y paulatinamente