Día 204 | 8 meses sin vos



Hay ocasiones en que vivir es difícil, pero más difícil es la muerte de un ser amado.
56 días sin escribir 
204 días de cuarentena
240 días sin mi mami
Y ni un solo de estos días sin verte… porque cada noche te veo, como si estuvieras ahí, mirándome, con esa tu mansa mirada verde que envolvía el mundo y se llevaba todos mis miedos… te veo en cada rosa, en cada hortensia que me susurra tu nombre, en cada noticia o enfermo de covid que sufre neumonía…

Y siguen transcurriendo los días, las estaciones siguen su curso y el mundo sigue girando. Nada se detiene. Nada se detiene en esta cinta de supermercado de obligaciones que demandan la energía de mi cuerpo que sigue alimentándola. Todo sigue, pero mi interior se ha trizado… y sus astillas hieren mis manos.

Todos hablan de la muerte. Pocos quieren escuchar el chirrido del alma que como estela se instala en el alma. Y es lógico, ¿por qué pensar en la muerte, si el mundo sigue girando y nada cambia? ¿O es que todo cambia y el dolor paraliza tanto que no se puede ya percibir el cambio?

La muerte nos deja en un doble desamparo. El horror del nunca más definitivo y la falsa y pueril excusa de una razón ilusa que piensa que el ser humano es potente. Y en ese doble desamparo, hay que acomodar las partes que ha dejado el tsunami.

Son las 3 de la mañana, voy hacia a ese nuevo no lugar donde se encuentra a los que ya no vemos con los ojos reales, esa especie de castillo mágico que inventamos para sacudir la tierra baldía donde nos deja la muerte de quien amamos… porque quienes tanto amamos, como vos mamita mía, sólo mueren en los registros oficiales porque para el registro de mi amor, vos sigues respirando.

Jackie
Buenos Aires, lunes 12 de octubre





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