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Un ‘Stop’ y un ‘Circule con precaución’ No es la primera vez que esto sucede se me cruza varias veces por la mente. Andaba disfrutando de mis vacaciones pero un día comenzaron a cerrar todo. La entrada a los parques nacionales, los negocios, se cancelaban las actividades, en fin, todo. Y de repente un día, al asomarme por el balcón del hostel donde me encontraba, Bariloche parecía una ciudad abandonada. ‘No volaba un alma’ como suele decirse. Estaba comenzando a escucharse que se venía el descalabro. Nos invadía la duda junto con el miedo, pero siempre desde el lugar de que era por precaución. Era una sensación de que el virus estaba llegando y nos iba rodeando, atrincherados es como nos sentíamos, resignados casi. En los días posteriores mi sensación cambió, mi perspectiva no era de un virus atacándonos, era el Mundo defendiéndose. Tenía la imagen de La Tierra llenando sus pulmones de aire a más no poder para soplar fuerte y enérgicamente, una vez más, seguido luego de un gra

Una de cal y otra de arena ¡Hola!  Soy Jesica. En este momento me dedico a la docencia, además soy madre de tres niñas (una no tan niña), esposa, hija y ama de casa. Todas estas ocupaciones siempre las tuve pero en esta cuarentena me pesan el triple. El encierro me hizo ver muchas cosas, por ejemplo que disfruto la compañía de mi marido y ahora que él ha vuelto a sus actividades lo extraño. También en estos meses he compartido tareas escolares, charlas, juegos con mis hijas más pequeñas, esto me ha acercado a ellas y las he disfrutado en grande, a pesar de lo bueno siempre hay peleas, disgustos, penitencias, pero es lo normal en  una familia creo. Por otro lado durante el aislamiento tuve la suerte de que mi papá estuviera en casa con nosotros, permitiéndome cuidarlo más de cerca, estar con él, acompañarlo, estas cosas en el trajín de mi vida diaria son imposibles. Podría decir que esta cuarentena me ha traído cosas muy buenas pero no todo es color de rosa, mi actividad l

Historias de mujeres: volverme a encontrar y ser mejor. Haz lo que lleva prisa lentamente…. Los pies apresurados tropiezan… Resuenan en mi interior estas frases…  Casa, escuela, parroquia, acampe, familia, libros, instrumentos, compras, médico, planificaciones, algunos paseos...de pronto parar…detenerse…quedarse en casa. ¿Quedarse en casa? ¿Cómo? ¿Yo, que voy de aquí para allá?…sí, yo…es tiempo. Dios sabe para qué…Dios habla ahí…es necesario. Alguna vez alguien me dijo que hay que parar para mirar,  para contemplar. Al principio incertidumbre, preguntas: cómo, por qué, un sin fin de interrogantes. Pero hoy veo que el tiempo tiene la respuesta. El tiempo es Dios. Ahora a dos meses de aislamiento, en mi habitación y en esta tarde de otoño- una de las estaciones más bellas del año- pienso…medito: fue para bien…es para bien…será para bien…seguro…para aprender, para encontrarme conmigo misma…con los hermanos, con los cercanos, con aquellos que quedan de lado cuando afuera hay tan

Día 66 | Paradoja Estereotipos en el arte, en manuales, en actos escolares, en representaciones teatrales, en canciones, en discursos, en desfiles, en memorias de migrantes, en cuadernos, en láminas y carteleras escolares, en historias recitadas, en figuritas de revistas infantiles… Todos quietos… congelados en memorias ancestrales. Mayo mes, semana y día patrio, colectivo y singular, el patio de la escuela, la plaza y el hogar. Se acumulan los recuerdos por etapas y la fecha patria se muestra en capas. Niña candombera y dama antigua, adolescente con la bandera, maestra organizando el acto, profesora dando un discurso que pocos escuchan madre, como todas, vestuarista y fotógrafa … ¿Qué me dice esta fecha a 210 años? Que por razones que no entiendo el estereotipo sigue vivo y en su conmemorar congrega y moviliza el ánimo. Pero me resulta inesquivable la paradoja de rotas cadenas… libertad, libertad cuando n

Día 58 | Si puedes…[Poesía] A mi primo Hugo, que está dando batalla a una terrible enfermedad, con mucha fe y valor. Si puedes, descubrir el misterio arropado en lo pequeño y en el  palpitar del tiempo, estás salvado. Si puedes ser feliz,  con la mirada luminosa de quien te ama, estás salvado. Si puedes asomarte al dolor ajeno, darte cuenta que no puedes aliviarlo pero aún así, decidir hacer algo, estás salvado. Si puedes amar sin dominar, sin manipular, Atardecer en cuarentena dejando ser en libertad, estás salvado. Si eres capaz de escuchar la crítica, aprender, corregir, y seguir adelante, estás salvado. Si puedes recibir la ofensa, soportar el dolor y la ira, sin cargar la mochila del recuerdo que envenena, estás salvado. Si puedes cuidar a otros sentir alegría y no esperar recompensas, estás salvado. Si cada noche puedes dar gracias por lo vivido, siendo completamente sincero contigo mismo, estás

  No era tan malo como pensaba      Después que me separé, me preocupé por conseguir un trabajo full time. Era obvio que mi situación había cambiado y mis planes también. A partir de ese momento decidí tomarme las vacaciones en forma semanal y distanciadas. ¿Por qué? Porque pensaba que si no salía a algún lugar de naturaleza (mar, sierras, montañas) no sobreviviría … sólo pensar quedarme encerrada en mi casa, me agobiaba….            Llegó la cuarentena y para mi asombro, descubrí que no estaba nada mal quedarme en casa … Desde el principio me organicé actividades. Me levantaba, hacía clases de zumba, disfrutaba de un buen y cálido baño matinal , que adoro y en épocas de trabajo no puedo… sacaba a mi perrita a dar una vuelta y luego me dedicaba a la cocina, que hacía mucho no hacía, para placer de mis hijos. Disfruté de buena lectura y de algunas pelis que luego comentábamos entre amigas…Tuve tiempo para comunicarme con gente amiga que por falta de tiempo no hacía…y ¡tuve t

Camino de aprendiz  Transitamos tiempos inesperados, difíciles, inciertos, que para muchos se transforman en días de angustia, temor y hasta desesperación. ¿QUÉ SERÁ DE NOSOTROS COMO APRENDICES EN ÉSTE CAMINO DE PANDEMIA? Un camino que presenta insistentes exigencias que requieren atención seria. Y aquí estoy...entre mis cuatro paredes, valorando cada "TIC TAC", sonido que hacen 51 días atrás parecía imperceptible a mis oídos. Hoy todo se potencia… los sonidos, los olores, la temperatura, los cambios de colores en todas sus gamas...desde el negro al arcoiris. La Lucila [2018] En la búsqueda del bienestar, el camino elegido como "aprendiz " es el de la Contemplación, donde logro minimizar las dificultades trasladándolas a un segundo plano; donde aprendo a mirar sin tensión cada "cosa" a mi alrededor y todo es más bello que antes!!; donde cada sonido exterior se transforma en melodía y la voz de mis seres queridos son caricias diarias qu

Día 53 | 3 meses: al abrigo de tu amor           Hoy son 3 meses que partiste madre querida. El dolor del alma no puede cuantificarse ¿un millón de kilos o apenas unos gramos más liviana que la pluma que según dicen pesa el alma? No sé. Pero cada noche, cuando mi cabeza toca la almohada, te siento, te veo, te recuerdo, y muchas veces lloro.      Al tiempo de fallecer papi, yo escribí algunas poesías y un texto donde compartía mi camino de duelo. En él hablaba de la parte trascendente, espiritual, que nos sostiene en la esperanza que nos da la fe. Pero también, mencionaba que en todo duelo hay una parte humana, que sólo sana, paradojalmente, con el tiempo.      Estoy viviendo tu duelo en cuarentena. Y es extraño. Porque desde que enfermaste, por ejemplo, me han resultado muy difícil algunas actividades, como hablar por teléfono, reírme sintiendo la liviandad del mundo o simplemente salir para tomar un café.      Es tan incomprensible la muerte y todo lo que la rode

Día 49 | Instantes       Hora azul, esa que condensa inumerables sensaciones del día. Recuerdo algunas veces haber partido de la oficina a esa hora buscando, casi como una exploradora, el final de la calle para descubrir ese tornasolado indescriptible, allí, lejos, donde los hombres apresurados no llegan.      Son ya 49 días en que el día cae dentro de mi departamento. Hace poco más de una semana, giré la mesa porque gran parte del tiempo la paso aquí, sentada, frente a una pantalla. Pero esa es sólo una excusa. Lo hice para mirar cómo va cambiando el paisaje, cómo, el otoño, se va enseñoreando de los árboles en la calle. Lo espío. Casi impreceptible, su brisa, nos va arrastrando hacia esa atmósfera de tibia morriña que despoja de la exhuberancia del verano.      Ante mí, cada día, una brevísima obra cósmica se desenvuelve en el pequeñisimo margen de cielo que deja ver una casa que resiste valiente, enclavada entre los altos edificios que me rodean. Y entre ellos y yo,

Aroma a mamá Estar en casa supone entre otras cosas merodear por los rincones. Muchos de ellos por lo que a veces pasamos sabiendo que están, que acumulan vaya a saber qué tipo de tesoros que yacen desde hace tiempo pero que por alguna razón nos negamos a tocar, casi dejándolo igual que la última vez que anduvimos husmeando por ahí. Enunciaría una lista entre estos lugares intocables que albergan fotos, cartas, tarjetitas, teléfonos que no queremos perder, viejos cassettes con música de antaño o grabaciones de la familia que plasmaron el recuerdo tan preciado de la voz de nuestros queridos que ya no están.  Pero el rescate de esta semana fueron los bordados de mi madre, fruto del tiempo y dedicación volcado en su carpeta de labores por allá en el año 47. Sus hojas amarillas, la letra caligráfica trazada con cuidado daba cuenta del punto en cuestión. Entre el riviere, las vainillas, la aplicación de lentejuelas, el deshilachado americano y el noruego, el punto inglés,  el cr