Día 687 | Y un día, llamó a mi puerta

 El viernes 20 de marzo inicié este "Diario de pandemia" con un primer artículo titulado "Lo imprevisible". Sólo 38 días antes había partido mi madre y con cada noticia rememoraba su fatal neumonía. Nunca había escrito estrictamente del virus, hasta hoy, que llamó a mi puerta.

¿Qué hay detrás? (Vejer de la Frontera 2017)

En este "Diario" recorrí con palabras el miedo, el silencio, los viajes cancelados, y abrí dos proyectos:"Cambio de hábitos: historias de mujeres" y "Una manta para Navidadpara que otras mujeres narren sus experiencias recuperando sus vivencias en estos tiempos extraordinarios.

En el 2021 perdí a mi amigo Toño (Córdoba) y a mi amiga Esther  (Jáchal) con 28 días de diferencia. Y como éstas, se sucedieron tantas historias tristes que nos doblaron de dolor. Luego vinieron las vacunas (o tal vez el debilitamiento natural del virus) y fue cediendo la letalidad.Hoy les contaré mi experiencia.


Admito que soy una obsesiva usando el alcohol, el doble barbijo, el distanciamiento y he cancelado buena parte de mi vida social...pero sabía que un día engrosaría la estadística de contagios... y así fue. A veces no sabemos dónde ni cómo, pero un día, el virus se instala y te recorre.
"En guardia" (Buenos Aires, 2020)

Y no te la hace fácil. Se camufla, se esconde, se expresa de diferentes formas y en algunas ocasiones, aún estando cómodamente instalado, se esconde y oculta sus rastros. En mi caso, sospechando que estaba en mi cuerpo porque mi familia estaba contagiada, no quiso mostrarse.

Lo demás es historia. Quienes estuvieron lo padecieron saben que es una pesadilla no sólo por las molestias físicas sino y especialmente, porque tiene resonancias psicológicas complejas.Es verdad que quienes nos contagiamos en esta época no experimentamos el terror que suponía en el 2020, pero como en toda enfermedad, se abre un paréntesis de incertidumbre.

Tuve miedo, en especial por mi hijo. Ese tipo de miedo que se mezcla con ansiedad en un intento de ser racional. Los primeros días me sentí muy débil pero me centraba en la evolución de Pablo. Luego, comenzó a circular por mi cuerpo como por una autopista. Y entonces, literalmente perdí el control.   

"Clausura dolorosa" (Buenos Aires, 2020)

Y tal vez, ahí, cuando aún con un esfuerzo titánico no me pude levantar,  empezó la etapa de la conciencia o de la introspección. Me "abandoné" y acepté la enfermedad. Solté el celular. No escribir, no leer e intentar no pensar.

No sé describir con precisión las sensaciones que experimenté. Tendida en mi cama, me volví un "ovillito". Y pasé de la palabra vulnerable a la experiencia de la vulnerabilidad, de la abstracta certeza  de estar viva, a la certeza de la potencia del respirar, del saber que otros sufrieron en un cama de enfermo a sentir cómo pudieron ser esas horas de angustia.   

Aunque sin demasiada práctica religiosa, la fe está en mí. Desde ahí, agradecí que no sucediera en el 2020. Agradecí que sólo serían unos días y el huracán pasaría. Agradecí, como nunca y más que nunca, la respiración que evidencia la vida. Sí, es justo ahí, donde este "diminuto demonio" anida, y con su bofetada, te enseña que es importante "aterrizar" y hacerse cargo de deseos propios aunque incomoden a otros porque en el próximo instante... ¡realmente! el hilo puede cortarse. Sí, tan simple como les sucedió a mi tío Héctor y mi prima Liz que partieron en esos días.

"Despertar" (Florencia, 2013)

Agradecida, el temporal va pasando y puedo contarlo, agradecida de la vida y de los despertares, agradecida, acompaño a quienes despidieron afectos que, en tiempos más nefastos, se enfermaron como mi familia y yo. Agradecida de la noche y el día, del café con leche, de mis hijos, del amor, de las flores, de escribir, del instante que puedo vivir.

Agradecida a Dios por la vida, me despido con este bellísimo tema musical y te digo como en los juegos infantiles ¡Piedra libre! Sí, piedra libre para soñar, para sentir, para crear, para vivir".

¿Te animás a compartir tus sensaciones o experiencias? ¡Nos encontramos en el próximo post! .

jackie 

Buenos Aires, 04 de enero de 2022

Comentarios

  1. Gracias Jacquie por compartir tu reflexión. Conmovedoras palabras que traducen sentimientos, sensaciones y vivencias de manera tan patente que me pareció vivirlas.
    Lo dijiste bellamente, pero se adivina la dureza de tu experiencia así como la tristeza que trasuntan tus pérdidas.
    Gracias a la vida Jacquie!!! Que hace que estés entre nosotros.
    Un gran abrazo.








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  2. Gracias amiga por compartir tu publicaciones...saludos 😘👏👏💪

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  3. Muy ilustrativa reflexión,palabras del alma...

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  4. Muy bueno prima es importante compartir un abrazo grandote bendiciones

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  5. El latido vivo, el aliento de vida nos mantiene ávidos por más, y de vez en cuando la vida nos los recuerda. Gracias Jackie!!

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  6. Gracias Jackie por compartir tus sentimientos y experiencia... abrazo enorme!

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  7. Muchas gracias por compartir sus reflexiones, de las vivencias en época de pandemia, palabras cargadas de sentimientos. Gracias un gran abrazo.

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  8. Hermoso texto amiga. Gracias por compartir tu experiencia de la cual me he sentido muy identificada. Coincido con vos ¡ Piedra libre para soñar! Un abrazo enorme.

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  9. Gracias por leerme y por tan lindas apreciaciones!!! Sigamos celebrando la vida!!!

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  10. Palabras que buscan un camino y explican. Casi historeografico. Quién no ha experimentado esa sensación de vulnerabilidad. Las ausencias por estos tiempos duelen más, creo. Te abrazo amiga y piedra libre para vos y a seguir escribiendo.

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